viernes, 9 de septiembre de 2011

FINES DE LA EDUCACIÓN SEGÚN AUGUSTO SALAZAR BONDY

Los cambios de conducta ligados a los valores y fines que dirigen y orientan la acción humana constituyen la justificación y fin de la educación. La educación cumple una función esencial de socialización. Al educar, dice Salazar Bondy, que unos hombres introducen cambios en la conducta de otros, cambios que tienen que ver con los valores y fines que presiden la acción humana y que son buenos para dichos hombres. Lo fundamental es la formación del niño, del joven, la configuración de su personalidad y el desarrollo de sus capacidades tanto intelectuales como emocionales. “Educar no es instruir en tal o en cual materia; es enseñar a vivir. Su resultado final no puede medirse por los conocimientos acumulados o las habilidades adquiridas sino examinando la personalidad que ha logrado el educando”175. La realización plena del individuo constituye la finalidad de la educación. A través de la educación se transfieren al educando, ideas, valores y actitudes que tienen curso en el grupo en el cual vive y, por ese medio, se logra su integración al conjunto social.
Para Augusto Salazar Bondy, la nueva educación peruana no sólo debe implicar un cambio de actitud con respecto al país y sus problemas, sino también un nuevo enfoque de la tarea educativa misma. Se trata de formar un nuevo hombre para una nueva sociedad, pero esto debe comenzar a manifestarse en la escuela. Y esto no será posible sino en la medida en que la educación, animada de un espíritu humanista, promueva y vigorice los valores de la persona. Es por ello que postuló una concepción humanista de la educación, cuya fuente primaria es la actividad humana, el diversificado quehacer inteligente por el cual la humanidad se enfrenta al mundo, lo domina y lo pone al servicio de su propia expansión. Partía del hecho de que la verdadera educación humanista se inspira en el ideal del trabajo humano.
Salazar Bondy postuló una educación para el desarrollo y para el cambio de estructuras de la sociedad. Sostuvo que educar para el desarrollo constituye la perspectiva desde la cual se debe enseñar. Aquí se encuentra claramente definido el “para qué” de la educación, por lo tanto, el fin directo de nuestro quehacer educativo ha de ser el desarrollo del Perú como nación. Para alcanzar este propósito sostenía que era necesario:
  • Lograr el desarrollo de nuestra economía, la cual no ofrece a nuestras grandes masas, medios de vida siquiera decentes.
  • Asegurar nuestra dignidad de hombres y nuestra libertad como grupo.
  • Trabajar, por la unidad de la comunidad peruana que hasta hoy está dividida, por los privilegios, por la explotación del trabajo, por el enclaustramiento de las regiones; fenómenos todos que tienen su punto de impulso en el orden económico establecido.
La escuela, consciente de este ideal de educar para el desarrollo, tiene que cumplir, según él, algunas tareas imprescindibles:
a) Desenvolver una conciencia nacional de desarrollo, que permita forjar en torno a ella una verdadera mística nacional.
b) Ejercitar el sentido crítico y la voluntad de perfección de nuestras creencias, actitudes, tradiciones, que obstaculizan la construcción de la comunidad peruana.
c) Forjar la enseñanza en un sentido científico.
d) Planificar la educación, haciendo un balance de los recursos con que se cuenta, de sus posibilidades de acrecentamiento y de su más provechosa aplicación, así como una rigurosa selección objetiva de las metas que nos proponemos alcanzar.
Pero esta perspectiva, sostenía, debe estar expresada en un Plan Integral de la Educación, el cual no puede existir ni tener eficacia, si no se deriva de un Plan Nacional de Desarrollo.
Sostuvo una educación para la sociedad. Estaba convencido de que todo análisis sobre la problemática educativa tenía que desembocar necesariamente en el planteamiento de los problemas sociales. Al entrar en crisis la educación de un país, de una época, lo que entra en crisis es la organización social misma, la estructura de la vida colectiva, afirmaba. Si hay atraso, pobreza, incompetencia y desorientación en la colectividad peruana, lo mismo sucede con su educación.
En 1959 Salazar B. dijo en uno de sus discursos (Discurso de Orden) en la Facultad de Educación de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos que “Nuestra educación está en crisis, porque el país no ha resuelto todavía sus más apremiantes problemas históricos. Nuestra educación está en crisis, porque el Perú está en crisis, y no sólo ahora sino desde muy atrás”.
A más de 42 años de esta afirmación la situación es similar; vivimos una crisis profunda en nuestra educación que no hace sino reflejar los álgidos problemas socio - económicos e históricos aún no resueltos.
Para Salazar Bondy, la educación debía capacitar para la vida. Al res-pecto, decía que formar a los hombres para la vida, implica capacitarlos primero para resolver esas cuestiones previas e imperiosas que le ha de plantear su ambiente. El maestro debía, por ello, ser consciente de que la exigencia del desarrollo nacional obliga a poner como idea eje de nuestra educación, la capacitación para la vida.
Planteó igualmente que la educación debía inspirarse y tener en cuenta los valores prevalentes en la sociedad. Sostenía que la educación está llamada a poner al educando en contacto con los valores. Educar debería implicar enseñar a reconocer y a apreciar lo valioso, provocar determinados cambios de actitud que permitan calificar las cosas de buenas o malas, bellas o feas, importantes o triviales, según criterios comunicables, socialmente aceptables. Tiene que “ser un despertar del hombre peruano a la conciencia crítica de su situación, una eliminación sistemática de mitos enmascaradores y de factores ideológicos de alineación que han permitido hasta hoy que generaciones de peruanos sean incapaces de unir esfuerzos en una acción revolucionaria”176.
Con relación a la función de la escuela, manifiesta que ella debiera estar preparada para cumplir una triple misión educativa en relación con los valores:177
1. “La transferencia de los valores vigentes en el grupo social, poniendo al alcance del educando los patrones de valoración adecuados y haciéndole adquirir los métodos y técnicas de valoración y los hábitos estimativos que le permitan integrarse y desenvolverse socialmente como un sujeto sentimental e intelectualmente maduro para las empresas de la comunidad. Con esto cumple la escuela su esencial cometido de socialización”.
2. “La toma de conciencia de las divergencias de valoración, que son producto de diferencias en los patrones estimativos empleados y de los valores reconocidos(...). Esta toma de conciencia debe acompañarse por una preparación del educando para aceptar las diferencias, comprender su origen y fundamento y la justificación del otro en su actitud estimativa. Con esto cumple la escuela su esencial cometido de universalización del hombre”.
3. “La formación para la vivencia valorativa original y para la creación de nuevas formas de valores. Se refiere al hecho de cultivar en el educando aquellas virtualidades anímicas(...) que lo hagan capaz de contribuir personal y originalmente a su propia construcción y desarrollo espiritual (...) Con esto cumple la escuela su esencial cometido de liberación del hombre”.

175. SALAZAR BONDY, Augusto. Ob. Cit., p. 18.
176. SALAZAR BONDY, Augusto. Ibídem., p. 43 
177. SALAZAR BONDY, Augusto. “En torno a la educación”. 1ª edición. Universidad Nacional Mayor de San Marcos - Facultad de Educación. 1965. pp. 91 - 92

No hay comentarios:

Publicar un comentario